EL OASIS PERDIDO 4p1m52
«Le gusto pensar en Zerzura también a pesar de que una idea que no puede describir con una palabra, algo aquello espera en ser descubierto en algún lugar lejos e inaccesible, si uno es el bastante lanzado cómo para probar su consulta. Algo indefinido, con segundos esbozos distintos el individuales aquello lo piensa; para un árabe, puede ser un oasis o un occult tesoro, para un europeo, un depósito arqueológico, una planta nueva o mineral o, sencillamente, el deseo de encontrar algo todavía unfamiliar». Ralph descrito así Bagnold la pasión que durante los años treinta del siglo XX ha arrastrado en una banda de worldly aventureros–el Club Zerzura–en internarse en el desierto de Libia, recurriendo él en vehículos y del aéroplanes detrás de oasis perdidos y ciudades antiguas de civilizaciones desaparecidas, con las Historias de Heródoto gusta guía de viaje. Pero, detrás de un aparente y caballeroso espíritu deportivo, estos señores dedicaron en mapeo el desierto de Libia para motivos militares. El Club Zerzura enmascaró una rivalidad despiadada: si Mussolini contó con hacer de Egipto la pieza central de un Imperio nuevo romano, el británico, para quién la cadena de Suez era estratégico, era totalmente tuvo que impede lo. Pronto el ejército perdido del rey persa Cambyses vería su sueño turbado para las cadenas de l… w6h2o
