EL CIRCO DE LA JUSTICIA 643i4p



No atracaré no -sería un fraude en los lectores- o el autñentica ternura, o la iración profunda, o el earnest gratitud que professes en Josep María Loperena. Con esta confesión proclama mi ley a la libertad de discurso de un jurista-artista del cual afortunadamente amigo de asiento. De modo que apruebo con sus desacuerdos, y de modo que nada une más en las personas que participación con ellos igual animadversiones, las mismas fobias y el mismo repugnància. 562t7